Estrategia global

Las tres patas de la revolución


Un voto en una urna cada cuatro años es, por sí solo, un gesto insuficiente, inútil, vacío. No vamos a cambiar nada con un voto: una sociedad mal encaminada requiere mucho trabajo, esfuerzo, sacrificio, para encauzarla.
Por eso, contamos con que ya estés trabajando, a tu manera, fuera de los procesos electorales, por cambiar las cosas.

Encontrar una solución para la situación que nos ha tocado vivir no es lo difícil. Lo complicado es ponerla en marcha.
Una solución global sólo será posible si participa una gran parte de la sociedad. Hay mucho que hacer, y en muchos frentes. Y todo hay que hacerlo simultáneamente. Por ello, debemos ser muchos, muchísimos, actuando, movilizándonos, tirando del carro.

Este esquema es una propuesta para esa estrategia global que necesitamos para cambiar las cosas. No es nada extraordinaria, ni la única, ni perfecta. Pero, a falta de otra mejor, ahí está.



1. Construcción de alternativas.

Si queremos algo diferente a lo que tenemos, hay que definirlo e irlo construyendo cuanto antes. Si es posible, desde ya.
Si no tenemos alternativas que proponer, tiene poco sentido que hablemos de revolución, de cambios. ¿De qué cambios y de qué revolución estamos hablando?
No basta con exigir que no haya pobreza, paro, desigualdades, corrupción… hay que construir un modelo de sociedad donde todas esas lacras estén erradicadas.
En nuestra sociedad, no lo están ni lo van a estar nunca, porque van unidas al modelo. Vienen de serie.

Así que, si tenemos propuestas, si tenemos alternativas, tenemos que estar, en lo posible, trabajando ya sobre ellas. Construyéndolas.

2. Presión ciudadana en la calle.

Si nuestro Sistema político fuera otro, si viviéramos en una auténtica democracia, podríamos recurrir a la vía política para solucionar nuestros problemas, para transformar la sociedad.
No es nuestro caso.

También podría bastar con que aquellos que queremos una sociedad diferente, simplemente, la construyamos.
Por desgracia, muy probablemente, eso no va a funcionar.

Vivimos en un Régimen tiránico, invasor, opresor, que puede permitir, a regañadientes, pequeñas iniciativas alternativas, pero que no permitirá un cambio a nivel global de un sector muy importante de la población.

Tocará pelear, queramos o no, por lo que queremos. Por nuestros derechos.

Gamonal, los barrenderos de Madrid, la PAH, han mostrado que es posible ganar al Régimen pequeñas batallas colectivas. Nos han mostrado cómo hacerlo.

Hagámoslo también a nivel global.

3. Deslegitimación del Régimen en las urnas.

La necesidad de deslegitimar el Régimen en los propios procesos electorales está desarrollada en la página "Justificación".

Esta tercera “pata”, y sólo ella, se cubriría con la propuesta que hacemos en esta Web.



Nota: aquí tenéis una breve justificación de los principios (en naranja en el esquema) en los que se basa esta propuesta de estrategia global.




Conclusión

Estas tres vías de hacer la revolución son necesarias, imprescindibles. Si falla una, no alcanzaremos el objetivo.

Sin alternativas que proponer, no tenemos con qué reemplazar al actual Sistema.
Sin presión ciudadana, el Poder no tendrá motivos para ceder.
Sin deslegitimación en las urnas, el Poder no cederá ante la presión ciudadana, porque tiene unos procesos electorales, aceptados por millones de votantes, para legitimar sus actos.

¿Y cuál es el objetivo?

Hacer tabla rasa, empezar de cero, y  que los propios ciudadanos, los únicos que podemos hacerlo, desde abajo, construyamos una democracia. Partiendo de una nueva Constitución elaborada, directamente, por el Pueblo.